Cada material tiene sus pros y sus contras, siendo un debate complicado. Por una parte, las bicicletas de fibra de carbono son más ligeras, mientras que las de aluminio tienen un espíritu de batalla que es notoriamente más resistente ante golpes, así como también sustancialmente más económico.
Para una bicicleta de enduro se recomienda la fibra de carbono para quienes buscan una máquina más precisa y ligera, sobre todo enfocada a ir finos y rápidos. Su peso reducido permite un mejor manejo de la bicicleta, una reducción de vibraciones notoria y una mejor eficiencia a la hora de pedalear. Precisamente porque el carbono es un material muy rígido, es sensible a todo tipo de golpes, pudiéndose dañar de una forma más facil. Las bicicletas de enduro de carbono requieren un mejor cuidado, pero también permiten una mejor precisión y manejo.
No obstante, las bicicletas de aluminio requieren menos cuidado y toleran mejor los golpes. Aunque es un material sustancialmente más pesado, para una bicicleta de enduro el extra de peso que puede añadir es, en porcentaje, menor que en una de XC, gravel o de carretera. Como es relativamente sencillo de fabricar y su precio no es desorbitado, nos permite encontrar bicicletas de enduro por debajo de los 3000€.